lunes, 23 de abril de 2012

Distancia

Envolvió sus rodillas con los brazos mientras sentía la caricia del mar en su piel. Cuantas cosas había al otro lado de esa linea infinita que parecía no alcanzar nunca.
Llegará con la próxima ola - se dijo
Y las olas fueron colisionando con las piedras. Y con las piedras sus recuerdos, pero ninguna traía lo que tanto añoraba.
Escamas de sal comenzaron a poblar su piel mientras el cielo ardía tras de sí. Cuando noto el cuerpo entumecido a causa de la humedad y el frio se puso de pie decidida a reanudar su marcha. No podía permitirse mas de unas horas de espera a la semana, el mundo seguía corriendo y lo haría con o sin ella.
Pero no pudo evitar, mientras se alejaba, mirar hacia atrás y contemplar aquel puente roto desde hace tiempo.
"Cuando vuelva estará de nuevo arreglado" pensó con esperanza.
Pero bien sabía ella que a veces un sentimiento no puede con la distancia

miércoles, 18 de abril de 2012

Leyenda de Carcasonne

Castillo
Un sirviente entró corriendo en la estancia rompiendo la tranquilidad de la habitación
-Mi señora -musitó ahogado- El señor Balaack ha muerto.
Carcas sintió desfallecer su corazón. Ordenando al sirviente que saliera de sus aposentos se recostó en la cama en busca de un aire que la pena le robaba. Su pueblo, su marido y todo aquello que le pertenecía estaban sucumbiendo a la muerte de la hambruna.
Cinco años habían pasado desde que Carlomagno decidió asediar la ciudad con el arma mas fuerte: Dejándolos morir de hambre.
No permitiría que aquella situación acabara con con todo lo que amaba, su marido sería la última ofrenda que pagaría.
Sedienta de venganza vistió su cuerpo con las armaduras de su esposo, reclutó a sus escuderos e hizo llamar a su consejero.
-Beelkios, haz llamar a todo campesino.¡ Preparaos para la lucha, no pienso dejar que acaben con nosotros sin luchar !- Ordenó presa de la ira
-Mi señora...Apenas quedan hombres entre las murallas- Pronuncio con cautela.
¿Tantas muertes habían sucedido?Había estado demasiado ocupada intentando sobrevivir..No, no podían permitirse una rendición así, tenía que ser mas lista al ver sus fuerzas mermadas. Respiró en silencio lo que pareció una vida entera, ahogada en el profundo abismo de sus pensamientos en busca de una alternativa.
-Haz llamar a mis doncellas - dijo al fin - Equipalas con arcos y flechas y que luego vengan a mis aposentos .
Tras unas horas de angustia Beelkios llamó a su puerta
-Mi señora, Dama Carcas, las doncellas que pidió están fuera,¿Qué hago ahora con ellas?- preguntó dubitativo
-Enséñales a disparar. Enséñame a mi también, no podemos demorarnos mucho mas, las reservas de trigo se agotan.Carlomagno no puede pasar si no abrimos el portón y eso no sucederá, les atacaremos desde los muros por la noche.
Y así, cada noche se reunían en lo mas alto de las murallas disparando sobre el campamento enemigo causando constantes bajas, pero su gente seguía muriéndose de hambre y poco a poco sus reservas comenzaron a desaparecer. Tenían que encontrar otra alternativa.
-Beelkios, cuanta comida nos queda- musitó agotada tras otra larga noche
- Tan sólo trigo para unas decenas de personas y un cerdo, mi señora-
-Pues dale al cerdo todo el trigo y procura que se lo coma-
El consejero, inmóvil frente a ella no podía dar crédito a sus palabras ¿Qué clase de locura estaba pidiendo?
-Mi querido amigo, el emperador no sabe de nuestra situación tras las murallas, le haremos creer que gozamos de buena salud y grandes víveres, si alimentamos a nuestros animales ¿Cómo no íbamos a alimentarnos nosotros? Procura que no quede trigo y luego lanza al cerdo desde la torre- Ordenó procurando parecer segura.
Tan sólo quedaba esperar..

Campamento franco
-¡¡Haced llamar al emperador!! - gritaron desde algún punto del campamento
Un grupo de hombres se reunieron para recoger el cerdo muerto y llevarlo ante Carlomagno
-¡Maldita sea! ¡No puede ser! - Gritó furioso el emperador -Levantad el campamento, nos marchamos.
Los hombres comenzaron a levantarse y recoger sus pertenencias, cuando estuvo todo listo emprendieron su partida y cuando apenas podían disipar la ciudad a lo lejos, un hombre en las filas escuchó las campanas de la ciudadela.
-Señor - dijo al ver que Carlomagno no se percató- Carcas te sonne 
(Carcas te llama)


Leyenda sobre el nombre de la ciudad medieval Carcasonne

martes, 17 de abril de 2012

A la espera


A Julia le gustaba pasear de noche por Roma. "Toda ciudad es distinta según la luz que la viste" solía decir.
Pero sin duda lo que mas atraía su atención eran las personas. La incomodidad que sentían dos desconocidos compartiendo espacio. El niño que no sabe que desde hace años su madre no mira a su padre con la misma intensidad, el mismo amor de cuando se conocieron, la enfermedad de la rutina los ha contagiado. Un hombre que en realidad no está esperando el metro, busca una salida ante la desagradable idea de una dirección que no quiere tomar. Dos mujeres que dejaron su ciudad en busca de un aire que allí no encontraban.
Ajenos, todos ellos, no se percataban de que tal vez la persona que tenían al lado supondría el gran cambio que no buscan pero esperaban en sus vidas. Julia les gritaba en silencio "¡Vamos! Invitala a que por un día no ponga la lavadora, ni haga la cena, ni se lamente más de que los años se le echan encima.¡Que alguien rompa ese silencio que todos comparten!
Pero como cada noche nadie fue capaz de escucharla. Todos cogieron ese tren de vuelta o de ida. Todos se fueron a seguir con sus destinos.
Julia se fue a su casa y puso la lavadora.También hizo la cena y nadie, ni ella misma rompió ese silencio que deja la soledad.



Regreso

Después de un largo camino de nuevo estaba allí. No podía creer lo que sus ojos veían. Allí, en el lugar que tantas sonrisas impregnaron el aire, donde una caballería era dueño de su corazón. Aquel no podía ser su recuerdo, en el suyo todo era del color de las amapolas.
Una lágrima asomaba curiosa cuando un ruido parecía salir del interior. ¿Podía ser..Acaso era posible que dentro dormitara alguien?¿Quien sería capaz de seguir viviendo en un lugar como aquel?¿Quien  había osado perturbar lo que una vez fue suyo?
Extendió su mano temblorosa para empujar aquella puerta y sentir de nuevo ese tacto a madera vieja, ese placer secreto que tantas veces antes había sentido y ahora parecía carente de toda fuerza.
Al entrar sus ojos se toparon con otros familiares.
-¿Qué haces tu aqui? - Preguntó el intruso sin ocultar la voz de pánico
-Yo...Simplemente quería volver .No puedo seguir viviendo allí, además este es mi hogar-
-¿Tu hogar? Este dejó de ser tu presente hace mucho y ahora me pertenece
-Tiempo perdóname...-Sollozó - Déjame regresar, no volveré a cometer los mismos errores, esta vez todo será diferente pero déjame quedarme- Suplicó entre lágrimas
-Eso no es posible, cuando algo me pertenece lo hace para siempre. Sabes las reglas tan bien como yo. Y ahora vuelve y enfrentante a tu casa, a tu cama y a unas cortinas que ni tu elegiste pero levántate, saluda a cada amanecer e inténtalo.
Exhausto y moqueante se puso de nuevo de pie para salir por una umbral que nunca debió de cruzar. Cerró la puerta con las cadenas que tanto le habían pesado y dio media vuelta. Con la manga de su camiseta, ahora sucia, secó su rostro y comenzó a caminar entre adoquines con la última frase de aquel intruso

-Paciencia amigo mío...Paciencia