martes, 17 de abril de 2012

Regreso

Después de un largo camino de nuevo estaba allí. No podía creer lo que sus ojos veían. Allí, en el lugar que tantas sonrisas impregnaron el aire, donde una caballería era dueño de su corazón. Aquel no podía ser su recuerdo, en el suyo todo era del color de las amapolas.
Una lágrima asomaba curiosa cuando un ruido parecía salir del interior. ¿Podía ser..Acaso era posible que dentro dormitara alguien?¿Quien sería capaz de seguir viviendo en un lugar como aquel?¿Quien  había osado perturbar lo que una vez fue suyo?
Extendió su mano temblorosa para empujar aquella puerta y sentir de nuevo ese tacto a madera vieja, ese placer secreto que tantas veces antes había sentido y ahora parecía carente de toda fuerza.
Al entrar sus ojos se toparon con otros familiares.
-¿Qué haces tu aqui? - Preguntó el intruso sin ocultar la voz de pánico
-Yo...Simplemente quería volver .No puedo seguir viviendo allí, además este es mi hogar-
-¿Tu hogar? Este dejó de ser tu presente hace mucho y ahora me pertenece
-Tiempo perdóname...-Sollozó - Déjame regresar, no volveré a cometer los mismos errores, esta vez todo será diferente pero déjame quedarme- Suplicó entre lágrimas
-Eso no es posible, cuando algo me pertenece lo hace para siempre. Sabes las reglas tan bien como yo. Y ahora vuelve y enfrentante a tu casa, a tu cama y a unas cortinas que ni tu elegiste pero levántate, saluda a cada amanecer e inténtalo.
Exhausto y moqueante se puso de nuevo de pie para salir por una umbral que nunca debió de cruzar. Cerró la puerta con las cadenas que tanto le habían pesado y dio media vuelta. Con la manga de su camiseta, ahora sucia, secó su rostro y comenzó a caminar entre adoquines con la última frase de aquel intruso

-Paciencia amigo mío...Paciencia




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