miércoles, 18 de abril de 2012

Leyenda de Carcasonne

Castillo
Un sirviente entró corriendo en la estancia rompiendo la tranquilidad de la habitación
-Mi señora -musitó ahogado- El señor Balaack ha muerto.
Carcas sintió desfallecer su corazón. Ordenando al sirviente que saliera de sus aposentos se recostó en la cama en busca de un aire que la pena le robaba. Su pueblo, su marido y todo aquello que le pertenecía estaban sucumbiendo a la muerte de la hambruna.
Cinco años habían pasado desde que Carlomagno decidió asediar la ciudad con el arma mas fuerte: Dejándolos morir de hambre.
No permitiría que aquella situación acabara con con todo lo que amaba, su marido sería la última ofrenda que pagaría.
Sedienta de venganza vistió su cuerpo con las armaduras de su esposo, reclutó a sus escuderos e hizo llamar a su consejero.
-Beelkios, haz llamar a todo campesino.¡ Preparaos para la lucha, no pienso dejar que acaben con nosotros sin luchar !- Ordenó presa de la ira
-Mi señora...Apenas quedan hombres entre las murallas- Pronuncio con cautela.
¿Tantas muertes habían sucedido?Había estado demasiado ocupada intentando sobrevivir..No, no podían permitirse una rendición así, tenía que ser mas lista al ver sus fuerzas mermadas. Respiró en silencio lo que pareció una vida entera, ahogada en el profundo abismo de sus pensamientos en busca de una alternativa.
-Haz llamar a mis doncellas - dijo al fin - Equipalas con arcos y flechas y que luego vengan a mis aposentos .
Tras unas horas de angustia Beelkios llamó a su puerta
-Mi señora, Dama Carcas, las doncellas que pidió están fuera,¿Qué hago ahora con ellas?- preguntó dubitativo
-Enséñales a disparar. Enséñame a mi también, no podemos demorarnos mucho mas, las reservas de trigo se agotan.Carlomagno no puede pasar si no abrimos el portón y eso no sucederá, les atacaremos desde los muros por la noche.
Y así, cada noche se reunían en lo mas alto de las murallas disparando sobre el campamento enemigo causando constantes bajas, pero su gente seguía muriéndose de hambre y poco a poco sus reservas comenzaron a desaparecer. Tenían que encontrar otra alternativa.
-Beelkios, cuanta comida nos queda- musitó agotada tras otra larga noche
- Tan sólo trigo para unas decenas de personas y un cerdo, mi señora-
-Pues dale al cerdo todo el trigo y procura que se lo coma-
El consejero, inmóvil frente a ella no podía dar crédito a sus palabras ¿Qué clase de locura estaba pidiendo?
-Mi querido amigo, el emperador no sabe de nuestra situación tras las murallas, le haremos creer que gozamos de buena salud y grandes víveres, si alimentamos a nuestros animales ¿Cómo no íbamos a alimentarnos nosotros? Procura que no quede trigo y luego lanza al cerdo desde la torre- Ordenó procurando parecer segura.
Tan sólo quedaba esperar..

Campamento franco
-¡¡Haced llamar al emperador!! - gritaron desde algún punto del campamento
Un grupo de hombres se reunieron para recoger el cerdo muerto y llevarlo ante Carlomagno
-¡Maldita sea! ¡No puede ser! - Gritó furioso el emperador -Levantad el campamento, nos marchamos.
Los hombres comenzaron a levantarse y recoger sus pertenencias, cuando estuvo todo listo emprendieron su partida y cuando apenas podían disipar la ciudad a lo lejos, un hombre en las filas escuchó las campanas de la ciudadela.
-Señor - dijo al ver que Carlomagno no se percató- Carcas te sonne 
(Carcas te llama)


Leyenda sobre el nombre de la ciudad medieval Carcasonne

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